... Ya no soy un niño y la juventud también se fue de mi sin darme cuenta, ambas se fueron sin haberlas vivido. Pero viven muy dentro de mi y solo morirán cuando deje de latir mi corazón... cosa esta que quizás no suceda nunca. O quizás se vayan conmigo y mi espíritu hacia el espacio de yo no se dónde ni cuándo...
Asi que me hago este espacio, intangible pero acogedor, en mi soledad, dentro de la vastedad universal, de la nada dentro de todo, abierto y espacioso, pero hasta cálido, trémulo y cómplice ...
Soy obscuro... impenetrable, disidente, irreverente, áspero y cínico. Soy claro... lúcido, visionario y sábido, transparente y sensible. Soy inmenso... soy ínfimo, trascendental... volátil. Quién sabe hacia dónde se inclina la balanza ahora... no la sostiene el El Creador, está sobre la palma de su mano. Soy mar, en tempestad y en calma, soy fuego y brisa que atiza, soy sereno y brisna sobre mi propio fuego, soy cúspide, también valle y hondanada profunda. Soy un animal... soy humano.
No soy nefasto... digo yo: realista; no soy optimista... cieramente, cada día trae su afán. No soy puro... mis ojos también se abrieron; soy hijo de Adam. No soy tímido... pero mi mirada y mi palabra quema. No soy cadente, mas bien altivo, camino entre ciegos que ven mas que yo..., por eso se alejan de mi. Mis piernas si que tiemblan, no encuentro la huella... cada vez es mas obscuro para mi. Tantos dicen: es culpable. ¿soy cuipable?
No te asuste, no te asustes, mas que todo: soy inofensivo. Solo quiero recorrer caminos que nunca recorri, que están allí, pero ellos temen que profane, con mis huellas, con mi escencia. Es su decir: están allí; es su sentir: no te calan, es tu destino, nada mas. Son caminos de luz, de alegría y esperanza... de amor. Cada instante mas difusos para mi, los bordeo a un ápice del precipicio.
Asi soy... este soy. Pero soy.
